Hoy os presento algo un poquitín diferente… Estoy cosiendo como una energúmena para terminar un megaencargo y tengo la espalda que parece un palo (torcido), y para estar enderezada un rato pensé el otro día en hacer unas galleticas. La verdad es que salen muy bien y no son nada complicadas!! Pillé la receta de internet però el historial no me muestra más de tres días y no puedo ver dónde fue jajajajaja
Vamos al lío. Se trata de las típicas galletas con trocitos de chocolate, que estás como resquebrajadas y que lo mismo van bien para el desayuno que para un apretoncillo a media tarde. No digamos ya los que tenéis críos! ya que son muy muy fáciles de hacer y en cuanto están frías se pueden comer… Empezamos?
Necesitaréis:
– 250 g Harina, si puede ser que sea de trigo.
– 150 g de chocolate (lo venden en pepitas o podéis cortarlo cual zanahoria)
– 100 g de mantequilla (si puede ser con sal eso que nos ahorramos, sino hay que echarle sal)
– 1 huevo
– 75 g de azúcar blanco
– 100 g de azúcar moreno
– 1 cucharada de postre de levadura.
Ponemos la mantequilla a temperatura ambiente, se puede meter unos segundos en el microondas a baja temperatura, pero no os paseis eh? la colocamos en un bol y añadimos todo el azucar. Vamos mezclando bien y con brío, no batimos pero sí mezclamos muy muy bien. Cuando ya parezca estar le añadimos el huevo y lo removemos bien bien hasta que quede uniforme. Si la mantequilla era sin sal pues le ponemos un poquito (creo recordar que yo le puse de todas formas y no ha quedado mal).
Añadimos la levadura y removemos mejor que antes, que no quede ningún grumito que luego son muy desagradables de encontrar! cuando esté metemos el chocolate. Hasta el momento del añadido lo podemos tener en la nevera ya que nos interesa que esté frío o al amasar, con el calor de las manos se nos puede deshacer y es una guarrada.
Metemos el chocolate. Recordad que si lo habéis cortado a mano, los trocitos deben ser pequeños porque las galletas en crudo serán de 3 /4 cm, por lo que no podemos meter un trozaco más grande que la galleta que le quite todo el sabor!!
Cogemos la harina y la vamos tamizando poco a poco, removiendo cada vez. Es importante tamizarla porque nos aseguramos de que cae suelta y no hace grumos. Basta con meterla dentro de un colador de sopa o algo que provoque que caiga espolvoreada. Vamos añadiendo poco cada vez y deshaciéndola hasta que nos quede una pastita. Paso a ilustrar 🙂
Si veis que está muy seca, le podéis poner un poco más de mantequilla, y si está demasiado «aguada» le podéis añadir harina, pero ojo, esta debe quedar un poquito blanda. Como véis es bastante pegajosa.
Extendemos un buen trozo de film transparente y ponemos la masa haciendo un churraco que meteremos en la nevera un mínimo de una hora. Es importante que se endurezca un poco para trabajarla y que la levadura vaya empezando a fermentar.
Es posible que al sacarlo de la nevera se haya hinchado un poco, pero es totalmente normal, si lo dejási fuera de la nevera posiblemente se hinche más pero tampoco interesa.
Abrimos el churrillo y vamos sacando trocitos para hacer las galletas. Id calentando el horno a 200º más o menos. Las galletitas no serán muy grandes, si no de unos 3/4 cm de diámetro y finitas. Dejad algo de espacio entre una y otra o se montarán. Podéis ponerlas en papel vegetal o el papel albal, da igual. No engraséis la bandeja o el soporte que le pongáis porque luego ese aceitillo hierve y requema la galleta por debajo.
Cuando tengamos una bandeja (a mí me salieron 3) ponemos el horno a 120 graditos y las dejamos 10 minutos.
Es importante que todas las galletas midan lo mismo, ya que, de lo contrario, cuando unas aún estén crudas otras ya estarían quemadas! Si no sabéis qué grados tiene vuestro horno (he tenido algunos que no ponía número ninguno, sino dibujitos ¬¬) sería lo más alejado de la pizza XD Entre pastel y mantenimiento de calor. De todas formas lo mejor es vigilar las galletas. Si veis que empiezan a estar doradas y al levantarlas ya salen aunque sea con dificultad, podéis retirarlas ya. A la que veáis los bordes oscuros se os están quemando!!!
Sacamos la bandeja y rápidamente sacamos las galletas dejándolas en una rejilla para que se enfríen por debajo también. Os dejo una foto del resultado con un par de galletas boca abajo, para que le veáis el culete.
Hale! espero no haberme dejado nada y que las disfruteis tanto como yo jejeje